La deformación del terreno de hasta ocho centímetros que se ha medido en el volcán de La Palmano altera el proceso de agotamiento de la fase eruptiva. Así lo ha determinado el comité científico del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por riesgo volcánico en Canarias (Pevolca).
Se trata de una deformación muy local que ha durado solo unas horas y que está en fase de reversión tras el máximo de ocho centímetros que se midió a las 22:00 horas del pasado domingo.
Esta deformación del terreno en la estación de Jedey, la LP03, es el único indicio observable o medido sobre la actividad volcánica y hay que interpretarlo en conjunto con el resto de parámetros que abundan en el agotamiento de la erupción.
Los científicos mantienen por tanto sus planes iniciales de considerar terminada oficialmente la erupción dentro de cinco días.
En este momento, ha transcurrido ya la mitad del plazo inicial de diez días que se dieron cuando desaparecieron todos los indicadores eruptivos al principio de la semana pasada.
El tremor sigue en nivel de "ruido de fondo", la sismicidad es muy baja en todas las profundidades, con una magnitud máxima de 2,5, y las emisiones de dióxido de azufre son muy bajas, con valores inferiores a los 0,5 kilos por segundo.
Esta reducción de las emisiones de dióxido de azufre se relaciona con el proceso de solidificación del magma superficial en los conductos del centro eruptivo.
Se siguen observando emisiones puntuales y esporádicas de gases volcánicos en los centros eruptivos y jameos. El algunos jameos es visible aún incandescencia ligada a la presencia de lava en proceso de enfriamiento.
Los expertos no descartan que durante unos meses después del fin de la erupción se siga registrando sismicidad o deformaciones residuales, pues se trata de procesos muy intensos que necesitan un periodo de ajuste amplio.