La Policía Nacional ha intervenido más más de 20 toneladas de productos falsificados ya listos para su distribución en España y Portugal. Además, se han incautado 507.000 euros en efectivo y más de 34.000 (34.436) artículos entre los que la mayoría eran zapatillas de marcas. Por el momento hay siete personas detenidas en España y una decena de investigadas en territorio luso.

En una operación conjunta con la Guardia Nacional Republicana de Portugal y EUROPOL, los agentes han logrado desarticular una organización criminal internacional dedicada a la fabricación, importación, distribución y venta de producto textil falsificado, a través de numerosos perfiles de redes sociales en todo el territorio nacional.

Para ello se han tenido que practicar seis entradas y registros en España y otros 17 en Portugal. Tras estas actuaciones y más allá de la mercancía falsificada, los investigadores encontraron grandes cantidades de efectivo ocultas en varios zulos, una pistola, maquinaria para creación de las falsificaciones, dispositivos electrónicos y hasta una docena vehículos

La investigación se inició hace más de un año, cuando los agentes detectaron numerosos perfiles en redes sociales que ofertaban miles de zapatillas deportivas falsificadas. Unos productos que fabricaban en el norte y centro de Portugal y después enviaban a la provincia de Alicante a través de una agencia de paquetería, que a su vez utilizaban para el envío de las ventas a través de numerosos perfiles de redes sociales. A través de EUROPOL, se han identificado hasta 17 centros de fabricación clandestina, así como naves de almacenamiento

De forma paralela, los agentes iniciaron una investigación económica en torno al encubrimiento y ocultamiento de los beneficios obtenidos ilícitamente. Así se estableció una trazabilidad de los beneficios ilegales que superan los seis millones de euros. Un dinero que era reinvertido en la compra de propiedades y la creación de empresas, una de ellas dedicada a la compra y alquiler de viviendas en Madrid. Precisamente, en una de ellas residía un socio y partícipe de los hechos que gestionaba la empresa.

Este individuo, además, publicitaba en redes sociales los productos falsificados desde un estudio propio donde se llevaba a cabo la maquetación de las prendas. Más tarde estas se subían a los perfiles que gestionaba para su venta. A los investigados se les considera presuntos responsables de organización criminal, delitos contra la propiedad industrial y blanqueo de capitales.