Ni las consultas del
jefe del grupo al zodiaco ni el hecho de que se ocultara en una cabaña en medio
de un bosque del municipio barcelonés de Sentmenat han impedido su localización
y detención, al igual que la de los restantes miembros de la banda, por la
policía de la Generalitat, que los relaciona con una veintena de robos, quince
de ellos en la capital catalana.
El grupo estaba liderado
por un hombre de nacionalidad rumana de 55 años y la banda se completaba con
dos hombres de nacionalidad española, de 46 y 26 años, y una joven venezolana
de 24.
La investigación se
inició el pasado 14 de octubre cuando se tuvo conocimiento de un robo en un bar
del distrito barcelonés de Nou Barris al que los ladrones habían accedido haciendo
un agujero desde la portería contigua.
La detección de un
vehículo que habrían utilizado los autores del robo llevó a identificar después
a su conductor, un hombre al que constaban diversos antecedentes por robos con
fuerza cometidos en Valencia junto a otro ciudadano.
Los investigadores
determinaron que la banda seleccionaba los bares tras determinar que se podía
acceder a ellos haciendo agujeros desde una escalera contigua sin ser
descubiertos por los vecinos, y establecía turnos de vigilancia para constatar
el horario y recorrido del propietario y los trabajadores de los locales.
Antes de organizar el
robo, el jefe del grupo consultaba el horóscopo para escoger el mejor día para
actuar y, una vez fijada la fecha, se desplazaba al establecimiento elegido con
el resto de su banda en dos vehículos todoterreno.
Cuando se iniciaba el
robo, en uno de los vehículos se quedaba uno de ellos vigilando con un perro,
uno de los jóvenes entraba en la escalera para avisar del movimiento de los
vecinos y el jefe del grupo hacía un pequeño agujero por donde accedía al
interior del local.
El jefe del grupo había
llegado a ser identificado en 2010 mientras hacía espectáculos de
contorsionismo en la vía pública, una habilidad que en la actualidad utilizaba
para entrar en los bares por pequeños agujeros desde lugares impensables.
Así, uno de los agujeros
lo realizó en la parte inferior del hueco del ascensor, mientras los vecinos
iban subiendo y bajando por el mismo, lo que llegó a poner en riesgo su
integridad física.
El jefe del grupo era
una persona solitaria que vivía en una pequeña cabaña en medio de un bosque de
Sentmenat, donde los Mossos le detuvieron y localizaron un dietario en el que
anotaba con precisión todas las gestiones, planos y rutinas de los empleados del
bar antes de llevar a cabo los robos.
La policía de la
Generalitat también entró en una residencia de Castellar del Vallès donde se
detuvo al otro responsable del grupo. Estos dos dirigentes de la banda
ingresaron en prisión tras declarar ante el juez y los otros dos miembros que
también fueron detenidos, quedaron en libertad con cargos.