La Guardia Civil y la Policía Local de Melilla, en el marco de la operación 'Novarax-Anaim', ha desarticulado un "importante entramado delictivo" dedicado al tráfico internacional de cocaína desde Europa con destino a Melilla, y desde esta ciudad a Marruecos.
Se ha detenido a 18 integrantes de la red y se ha investigado a otros tres, a los que se les imputan los presuntos delitos de organización criminal y contra la salud pública, según ha informado el Instituto Armado en una nota en la que indica que la investigación comenzó cuando se recibió información sobre la actividad de un grupo organizado presuntamente dedicado al tráfico de cocaína entre Europa y la Ciudad Autónoma de Melilla y Marruecos.
El entramado delictivo obtenía las sustancias en países europeos a través de los líderes de la organización, que se encargaban de desplazarse periódicamente a Holanda para realizar la compra de la cocaína.
Tras su adquisición, se trasladaban a Alemania, donde preparaban vehículos con dobles fondos que eran conducidos por otros miembros de la organización, conocidos como 'mulas', hasta Melilla, donde quedaría parte de la cocaína para su venta, y en función de la demanda, trasladaban el resto hasta el vecino país de Marruecos.
En Melilla existían dos grupos que, aunque tenían contacto entre ellos, operaban de forma independiente en cuanto a distribución y jerarquía.
Los líderes de ambas organizaciones, de nacionalidad española y ascendencia marroquí, supervisaban minuciosamente todos los movimientos de los miembros de la red, tomaban muchas medidas de seguridad y controlaban minuciosamente todas las fases de la compra, traslado y posterior distribución de la droga, no dejando ningún detalle al azar.
El entramado delictivo contaba con un intermediario en la ciudad de Vic (Barcelona), que actuaba de contacto entre ellos y los suministradores de la sustancia en los países de procedencia.
El líder de una de las dos organizaciones de tipo piramidal se apoyaba en todo momento en sus hijos para las actividades delictivas, siendo su lugarteniente uno de ellos, menor de edad cuando se inició la investigación.
Ellos eran los que se encargaban de repartir la cocaína a otros miembros que procedían a su venta en lugares de ocio “al menudeo”. Las organizaciones desarticuladas ostentaban el monopolio en cuanto a la venta de cocaína “al menudeo” en Melilla, y contaban con un importante número de vendedores con su propia cartera de 'clientes', a los que facilitaban la droga en lugares de ocio, sobre todo, los fines de semana.
Uno de los grupos, realizaba también la venta de la cocaína a través de la 'tele-venta' por encargo, similar a la que se lleva a cabo por establecimientos de comida rápida con servicio a domicilio, para lo cual establecían el contacto telefónico y encargaban “un pollo o medio”, “una camiseta de manga larga o corta”, o “un pantalón largo o corto” siendo el lenguaje convenido correspondiente al encargo de medio gramo o un gramo de la sustancia ilícita.
Durante la investigación se han practicado diez registros domiciliarios (ocho en Melilla y dos en Vic) y se han intervenido más de 10 kilos de cocaína, 469 gramos de sustancia de corte para los estupefacientes, 250 gramos de efedrina, 376 gramos de metanfetamina, una balanza de precisión, así como 982.000 euros en efectivo, 374.420 dirhams (37.400€) en efectivo, 34 vehículos de alta y media gama, teléfonos móviles y abundante documentación de interés para la investigación.