Toneladas de basura viajan por diferentes rutas a un lugar común: España. Desde San Petersburgo al puerto de Barcelona o desde Gibraltar a Cádiz. Y aunque transportarlo en principio es legal, es necesario tener la documentación en regla y tratar los residuos adecuadamente para evitar cometer delitos medioambientales.
"Gibraltar ni depura sus aguas ni tramita su basura", declara Lola Illescas, de la Comunicación Ecologistas en Acción de Cádiz. Mientras, en el puerto de A Coruña, el Seprona interceptó un buque que estaba vertiendo metales directamente al mar. El responsable podría enfrentarse a varios años de cárcel y sanciones multimillonarias.
"La reparación de este daño puede llegar a cuantías millonarias en función de ese impacto que haya tenido sobre el medio ambiente", explica Juan Antonio Jiménez País, teniente de la Guardia Civil de Seprona.
La Interpol lucha contra el negocio ilegal de las basuras con la colaboración de 43 países. España ha realizado más de 4.000 inspecciones en la llamada 'Operación Tyson'. Los hidrocarburos y los residuos de construcción son los más abundantes.
"Tratar un residuo no sale gratis, requiere una serie de tratamientos, unos son más caros y otros más baratos, pero en cualquier caso necesita una inversión económica", añade el teniente. El contrabando de residuos es ya una prioridad para la Interpol, y es que el daño medioambiental puede ser irreparable.