Desde luego que lo peor son las pérdidas humanas, los más de 200 muertos, pero es dificilísimo superar también las pérdidas materiales. Casas arrasadas con todos sus recuerdos o negocios familiares echados a perder. Es imposible calcular una cifra de tantos y tantos coches que se han convertido en chatarra.

Con mucha tristeza, Juan Vicente, un vecino de Chiva, asegura haber perdido "toda una vida, todos los recuerdos". En definitiva, parte de su casa en la que también vivieron sus padres y que a hora "de la noche a la mañana" ya no está. El agua se ha llevado gran parte de la fachada, formando ese enorme agujero, tal y como se puede ver en las imágenes sobre estas líneas.

"Si tardamos cinco minutos más, ya no estaríamos en el mundo", lamenta el vecino de Chiva ante los micrófonos de laSexta. Allí, del bajo de Mercedes solo ha resistido el cartel de la peluquería canina, de la que asegura "tampoco queda nada ya".

En Mira, en Cuenca, las imágenes muestras cómo se apilan sus recuerdos entre el barro. Los muebles y electrodomésticos han quedado inservibles. Así lo reafirma a laSexta Adoración que asegura que no le "ha quedado nada": "No he podido aprovechar nada", lamenta. Emocionada ante la magnitud de la catástrofe se ha quedado sin lo más valioso, su casa: "Tardarán años para que yo vuelva aquí".

En el municipio valenciano de Paiporta, sus vecinos miren donde miren, la estampa es desoladora. De hecho, durante la mañana de este viernes todavía era imposible contener las lágrimas al ver los destrozos entre escombros y restos de hogares. La fuerza de la lluvia deja barrios irreconocibles que muestras el sufrimiento de haberlo perdido todo.