La Ertzaintza ha detenido este domingo por la tarde a un hombre de 35 años en la localidad vizcaína de Ugao-Miraballes tras atacar supuestamente a una mujer con un arma blanca hasta en cinco ocasiones. Según relata la policía autonómica en una nota de prensa remitida a los medios, los hechos tuvieron lugar en el aparcamiento de una discoteca a las 17:30 horas.

Tras el brutal ataque la víctima tuvo que ser trasladada al hospital de Cruces al presentar cortes en el pecho y la espalda, para después serlo a dependencias policiales. Allí iniciaron los trámites necesarios que cuando finalicen serán puestos en manos de las autoridades judiciales.

La Ertzaintza fue informada este domingo a las 17:30 horas mediante una llamada en la que alertaban de que una mujer había sido atacada con un arma blanca dentro de un automóvil estacionado en el polígono de Usila muy cerca de una discoteca, ubicada a su vez a las afueras del municipio mencionado.

En las imágenes captadas por una cámara de seguridad y difundidas en redes sociales se puede observar cómo el individuo, que lleva una camiseta blanca, saca del pantalón un arma blanca para después abalanzarse sobre la víctima sin motivo aparente. Dentro del coche trata de defenderse de las hasta cinco puñaladas que le propina el agresor que más tarde sale corriendo.

Los cuerpos policiales que acudieron al aviso pudieron comprobar que el personal de seguridad de la discoteca tenía detenido a un hombre porque presuntamente había agredido a una mujer con un arma blanca. La víctima fue atendida en una ambulancia, por las heridas del pecho y de la espalda causadas por el ataque. Más tarde, los agentes pudieron identificar al sospechoso al presentar cortes en las manos. Por ello fue detenido bajo sospecha de intento de asesinato.

En un vídeo difundido en redes sociales se puede escuchar cómo el hombre se muestra alterado, posiblemente, a causa del consumo de estupefacientes, cuando uno de los testigos lo mantiene retenido. Al advertirle de que si la víctima no logra salvarse del ataque pasaría hasta 20 años en la cárcel, el agresor muestra indiferencia al grito de "¡me la suda, joder!".