La Policía Nacional ha detenido a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como El Pequeño Nicolás, por pegar e intentar apuñalar al camarero de un restaurante de comida rápida de la madrileña zona de Azca, y a un amigo suyo por resistencia y desobediencia a la autoridad, han informado a Europa Press fuentes de la Jefatura Superior de la Policía de Madrid.
Los hechos ocurrieron poco después de las 22 horas de este martes, cuando los dos jóvenes se sentaron a cenar en una pizzería italiana, radicada en el número 10 de la calle Orense, situada junto a una conocida discoteca de la zona. Al parecer, ambos empezaron a increpar a una camarera y ante su persistencia, el dueño decidió entonces expulsarles del local.
En ese momento, el Pequeño Nicolás cogió un cuchillo e intentó clavárselo a uno de los camareros, que se protegió pero que finalmente recibió un puñetazo en la cara y cortes en las manos. Tras llamar la llegada de la Policía, los agentes procedieron a detenerles, pero el amigo de Francisco Nicolás se resistió y golpeó a uno de los funcionarios.
Hasta el lugar acudió una ambulancia básica del Samur-Protección Civil, cuyos sanitarios atendieron a las 22.33 horas a los dos heridos por contusiones menores, de las que no requirieron traslado al hospital, ha indicado un portavoz de Emergencias Madrid.
Finalmente, el joven,para el que la Fiscalía pide 7 años de cárcel por usurpación de funciones, falsedad en documento oficial y cohecho activo, fue arrestado por un delito de lesiones y su acompañante por un delito de resistencia y abuso a la autoridad. Tras pasar por comisaría, han sido puestos en libertad con cargos.

Piden una regulación estricta
La lucha de los ludópatas por prohibir las tragaperras en los bares: "Un café te puede costar 300 o 400 euros"
Los detalles Más de 15.000 personas han firmado una petición para regular el acceso a las máquinas de juego en bares y cafeterías, que son el punto de entrada de muchos menores al juego y ponen en peligro el tratamiento de los adictos que se autoexcluyen.