Agentes de la Policía Nacional en una operación que ha contado con la colaboración de las autoridades de Georgia, han desarticulado una organización criminal transnacional de nacionalidad georgiana liderada por 'Ladrones en Ley', acusada de cometer, al menos, 14 robos con fuerza en domicilios. Actuaban en diferentes puntos del territorio nacional. Marcaban las viviendas con testigos de plástico o hilos invisibles.
Durante los registros se han intervenido 32 relojes de alta gama, 259 piezas de joyería -colgantes, pulseras, anillos, pendientes y piedras preciosas-, 79 aparatos electrónicos -teléfonos móviles, tabletas electrónicas, ordenadores portátiles y dispositivos de memoria-, ropa y complementos de lujo así como instrumentos musicales. También dinero, zapatos y bolsos de lujo, así como ganzúas para facilitar la apertura de puertas y documentación falsificada.
La investigación continúa abierta y no se descartan futuras detenciones de otros miembros de la estructura criminal. La operación se inició el pasado año 2022 cuando los agentes conocieron de la existencia de una célula itinerante dedicada a la comisión de robos en domicilios en la Comunidad de Madrid y que presuntamente estarían implicados en robos cometidos en la zona de Alcobendas y en varios distritos de la ciudad de Madrid.
Los investigadores detectaron que la organización destacaba por su potente estructura criminal, muy jerarquizada, compartimentada y con códigos de conductas férreos para proteger a su líder, lo que le convertía en una organización impermeable a la acción policial, al reestructurarse inmediatamente si algún integrante era detenido sin que afectara a su actividad.
Para llevar a cabo los robos, se subdividían en grupos operativos, conformados por entre dos y cinco personas, cada uno de ellos con un responsable, asentándose temporalmente en un país haciendo uso de una extensa red logística, que llegaba a suministrarles documentos falsificados de diversos países para evitar ser identificados, así como pisos francos alquilados por testaferros que les permitía una gran movilidad.
La organización estaba estructurada en varias redes que poseían en Alcobendas y Madrid varios domicilios que eran usados para alojar a los miembros de la organización que llegaban de otras partes de España y de Europa, a los que se proporcionaba teléfonos y los domicilios susceptibles de ser asaltados. La forma en la que planificaban los asaltos consistía en una primera fase de tanteo en distintas fincas y edificios, mediante la colocación de marcadores de plástico o hilos invisibles.
Posteriormente tras comprobar que la vivienda se encontraba deshabitada en ese momento, llevaban a cabo los robos, preferiblemente por la noche o los fines de semana, y especialmente durante los periodos vacacionales de verano, Semana Santa y Navidad, aprovechando que los pisos estaban vacíos. Para llevar a cabo los asaltos se desplazaban varios miembros de la organización, uno de ellos vigilaba desde fuera mientras el resto accedía a la vivienda empleando ganzúas para la apertura de puertas u otros métodos como el bumping, el impresioning o la magic key.
Una vez que los agentes recopilaron toda la información, se llevaron a cabo siete registros en domicilios y se detuvo a los 25 integrantes de la organización a los que se les imputa presuntamente la participación en al menos 14 robos en viviendas.