El acusado del asesinato de Ana Enjamio, César Adrio, ha negado en el juicio tener algo que ver con el crimen de la joven, de quien era expareja y compañero de trabajo. Con actitud aparentemente tranquila, ha declarado durante una hora y media frente a un jurado popular.
Ana fue asesinada de 28 puñaladas en su portal, el 16 de diciembre de 2016, cuando volvía de la cena de Navidad de su empresa, en la que habían coincidido. En su defensa, el acusado ha dicho que después de la fiesta se fue a casa y no pasó por la calle donde vivía Ana.
Interrogado por la fiscal, ha asegurado que tras la cena fue a casa de sus padres. "Piqué algo, me metí en cama y como no era capaz de dormir, me levanté, me duché y me fui a Vilagarcia a ver a mis hijos", ha dicho.
Sí ha reconocido que dejó una nota de despedida, porque esa noche intentó suicidarse. "Decía: 'Ana, perdóname. Te quería tanto. No lo pude soportar'", ha dicho. Preguntado acerca de por qué le decía eso en su nota, ha asegurado que era para que Ana le perdonase por suicidarse.
Además de asesinato, está acusado de acoso. La Fiscalía considera probados los episodios constantes de hostigamiento a los que sometió a Ana y el propio acusado ha reconocido que llegó a instalarle una aplicación en el móvil para controlar sus movimientos "en algún momento puntual".
También ha admitido que envió mensajes a la expareja de Ana para conseguir que se enemistaran.
La Fiscalía pide para él 27 años de prisión y este martes se retoma el juicio con la declaración de los testigos.
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