La mujer de 43 años asesinada presuntamente por su marido en Aznalcóllar (Sevilla) ayer por la noche recibió un único disparo en la cabeza con una escopeta de perdigones y a una distancia muy corta, según han informado fuentes de la investigación.
Tras ese disparo mortal, el presunto asesino, de 51 años, se disparó colocando la escopeta bajo su barbilla, la habitual postura de los suicidios con ese tipo de armas, han añadido las fuentes. Ambas muertes por los disparos de la escopeta de perdigones se produjeron una a continuación de la otra, según las fuentes.
El hombre llamó a su hija por teléfono para decirle que se iba a suicidar tras haber matado a su madre, unos hechos que ha presenciado uno de los tres hijos de la pareja, de cuatro años, según ha explicado a los periodistas el alcalde de Aznalcóllar, Juan José Fernández.
El alcalde ha indicado además que los tres hijos del matrimonio están recibiendo ayuda psicológica tras la muerte de sus padres, que se produjo esta medianoche en el domicilio familiar de la calle Pedro Gómez del Castillo del municipio sevillano.
Fernández ha señalado que el presunto asesino tenía licencia de armas porque era cazador y ha reiterado que no existían denuncias ni informes sobre él, que era "un ciudadano que pasaba desapercibido, pero de puertas para adentro nadie sabe qué se esconde".
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