A Antonio Manuel Guerrero seguiremos viéndole entrar y salir del juzgado. El guardia civil de 'La Manada' continúa en libertad provisional. La Audiencia Provincial de Navarra no ve riesgo de fuga en su intento de sacarse el pasaporte solo tres días después de pisar la libertad. Como prueba fundamental se usa la transcripción de la llamada que Antonio Manuel Guerrero hizo, el mismo día de su salida de prisión, a la Policía.

La hizo desde el coche: "¿Hay alguna manera o algún sitio donde pueda contactar para que me digan si tengo el pasaporte caducado o no? Lo he extraviado, pero no sé si la fecha de validez ya se ha cumplido". A ello le responde el propio agente. "Si lo ha extraviado y le hace falta el pasaporte, en cualquier caso, tendrá usted que pedir cita y renovarlo". Tras la explicación del policía, Guerrero insiste.

Antonio Manuel Guerrero, guardia civil de 'La manada'

"Le explico mi situación. Yo necesito entregar en los juzgados un pasaporte por una orden judicial. Al enterarme, no encuentro el pasaporte. Tengo cuatro días hábiles para entregarlo. No sé si está caducado o no, y como me prohíben sacar el pasaporte, si está extraviado, no vaya a ser que saque el pasaporte y salte alguna alarma o requerimiento", argumenta el guardia civil de La Manada.

"Usted va a tener que sacárselo sí o sí porque ha extraviado el suyo", señala el agente. Dos de los tres magistrados, porque el presidente del Tribunal ha emitido un voto discordante, tampoco creen que la Policía que le atendió en la oficina de pasaportes de Sevilla percibieran el riesgo de fuga. "Cuando le pregunta esa funcionaria si tiene intención de renovar el pasaporte, le dice que no", justifica Jesús Pérez, abogado de Antonio Manuel Guerrero.

Ignacio González Vega

Si no, no se explican por qué la Policía no les notificó el intento de Guerrero de sacarse el pasaporte hasta que tres días después la noticia sembró de polémica su Twitter y los medios de comunicación. De momento, el Ayuntamiento de Pamplona recurrirá el auto. No tienen duda de que la prisa por sacarse el pasaporte, y la discrección con la que lo intentó, evidencian un claro riesgo de fuga.