Pocos se atreven con la carne mechada. De momento no hay datos pero sí una sensación generalizada: "La gente se corta a la hora de pedir carne mechada. Antes poníamos 15 o 20 tostas al día y ahora dos o tres", confiesa un hostelero.
La desconfianza ya se nota en los bares. Esta crisis también tiene consecuencias en la hostelería. Dan la espalda al producto aunque las autoridades sanitarias lo han dejado claro: se puede comer carne mechada mientras que no sea de la marca La Mechá.
Menos ingresos para las empresas podrían significar reducciones de plantilla. Antes del brote, la carne mechada suponía el 18% de los ingresos de esta empresa malagueña. No se han cuantificado las pérdidas pero los hosteleros y la industria cárnica piden confianza.
La gestión de esta crisis no ha ayudado a apaciguar la alarma. En un principio el Consejero de Salud decía que la empresa había tenido "mala suerte" pero con los días, y los nuevos casos, su versión ha cambiado y les responsabiliza directamente.
Es uno de los platos más demandados en Andalucía, pero ni con esas se ha librado del recelo de los consumidores.