Le lanzan contra la pared y le dejan inconsciente. Algunos pasan por encima de él, otros le empujan o le dan patadas. Es la cruda imagen del bullyng que vivió Gabriel Taye de ocho años, sin que nadie hiciera nada por impedirlo. Dos días después de la agresión, el pequeño se quitó la vida en su habitación en Ohio.
Las imágenes de las cámaras de seguridad del colegio que ahora se han hecho públicas, lo grabaron todo. La madre de Gabriel no supo nada de lo ocurrido hasta días después del suicido. En el centro escolar le dijeron que Gabriel únicamente se había desmayado.

El pequeño llegó a casa con vómitos, pero cuando su madre lo llevó al médico, le diagnosticaron una gastroenteritis. "La dirección del colegio conocía la agresión, para eso estaban las cámaras", explica Jennifer Branch, abogada de la familia.
Algunos padres de alumnos se han manifestado en apoyo a la madre de Gabriel y en contra del colegio: "Esto tiene que acabar y tiene que acabar hoy". Desde el centro aseguran que no supieron nada de lo ocurrido hasta que les solicitaron las grabaciones. El caso se cerró como un suicidio, ahora la forense encargada ha anunciado que reabrirá la investigación por acoso.

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