Abril, una niña de ocho años, no ha vuelto al colegio tras las vacaciones de Navidad debito a que tiene una enfermedad hematológica y su médico le ha recomendado no asumir el riesgo de ir a clase. La niña sigue cada día una rutina de estudio acompañada de su hermana Vega, de cuatro años, quien tampoco va a clase para evitar contagiar a Abril.
Se trata de una situación complicada también para los padres, que intentan conciliar como pueden. "No es una decisión que hayamos tomado nosotros, como cuando decides dejar en casa a la niña cuatro días por un resfriado. Tampoco es una cuarentena, sino que es algo indefinido, pero a mí nadie me ha ofrecido ninguna alternativa, ni ayuda", critica Elisa de Sousa, madre y abogada especialista en infancia.
La tutora de la menor esfuerza por darle unas tres horas semanales de clase online y mandarle deberes que Abril hace en su casa. Sin embargo, no existe un plan establecido para estos alumnos. En este sentido, Elisa de Sousa señala que "quizás con una implicación presupuestaria más importante se hubiesen podido desdoblar las clases y todos los niños podrían seguir con sus rutinas".
"Se les llena la boca diciendo que no van a dejar a nadie atrás, pero sí están atrás dejando a miles de familias con niños de riesgo, obligándoles a una situación de aislamiento", denuncia la madre de Abril, quien espera que en este 2021 cambie la situación y sus hijas pronto puedan volver a clase a aprender con sus compañeros como cualquier niño.
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