Tobias Rathjen solía compartir vídeos en los que llamaba luchar contra el sistema. El autor del tiroteo en el que han fallecido 11 personas en Alemania promulgaba ideología de extrema derecha y estaba perturbado por teorías conspiranoicas.
Rathjen era un ciudadano alemán de 43 años, supremacista blanco, misógino confeso y con licencia de armas. De hecho, en su casa, junto a su cadáver y al de su madre, la Policía ha encontrado un pequeño arsenal de pistolas: poseía cinco.
Allí, los agentes también hallaron un manifiesto racista de tendencia neonazi y una carta en la que confesaba la autoría del tiroteo: "Habría que matar a todos los que no se pueda expulsar", escribía en ella.
Tobias Rathjen llamaba a exterminar países enteros del Norte de África, Oriente Medio y Asia. Su doble ataque, que podría llevar meses preparando, comenzaba sobre de las 22:00 horas, cuando el ultra tocaba el timbre de un establecimiento de comida turca y abría fuego.
Acto seguido se montaba en su coche y disparaba contra otro local de similares características. Una de las víctimas fue Muhammed, que sigue en shock y asegura no poder quitarse la atroz imagen de la cabeza:
"A todo aquel que veía le pegaba un tiro en la cabeza", confesaba el joven, que se recupera en el hospital: "El hombre que estaba debajo de mí tenía un agujero en la garganta. No me lo puedo sacar de la cabeza", reconocía.
Los hechos han consternado a toda Alemania en el momento en el que la ultraderacha está en auge. Por eso, además de repudiar el racismo de la sociedad, Ángela Merkel ha querido mandar sus condolencias y predicado por la tolerancia.