Pasa de la oscuridad a la luz. De no saber a saber. Asunción sujeta entre sus manos las últimas cartas que escribió su tío abuelo Mariano, 75 años desaparecido. Unas postales le dieron la primera pista: las había enviado desde el campamento de penados de Belchite.
Condenado por el franquismo a seis años y un día de prisión, su rastro se perdió en Guadalajara con 43 años, los mismos que ahora tiene su sobrina nieta. "Ponía 'Delito: se ignora', eso me llamó mucho la atención", cuenta Asunción.
Tres años le ha costado a la familia de Vicente descubrir que su tío abuelo está enterrado en una gran fosa común en el Cementerio General de Valencia. El Grup per la Recuperació de la Memòria de Valencia les dio la clave.
Pasó por el campamento de penados, le prohibieron volver a su casa y murió de hambre en Valencia. "Te liberas", cuenta Julián, otro de los familiares del desaparecido, ahora hallado. Pero para la Recuperació Memoria Històrica València "no todo está solucionado, hay mucho que investigar". Una historia recuperada de las muchas que todavía faltan por conocer.