La pesadilla de María de las Camelias empezó, según cuenta a laSexta, cuando, tras cuatro años en la base militar burgalesa de Castrillo del Val, se quedó embarazada: "Vino un mando, me sacó de la oficina y me puso con una carretilla y una pala a quitar todo el barro y a cavar una zanja sabiendo que yo estaba embarazada. El insistió en que siguiera con la orden, pero al final pierdo al niño".

Después de abortar, y aún en el hospital, recibió la visita de sus jefes. "Ellos me prometen que me dan la vacante de Segovia y que no lo voy a volver a ver más. Es su manera de coaccionarme y de que yo no denuncie", continúa Camelias.

Por miedo a perder su contrato temporal, María de las camelias no denunció. Lo que nunca imaginó es que meses después ese sargento volvería a ser su superior en Segovia. "Me insultaba, me decía que me iba a arruinar la vida...", relata. Y entonces, asegura, llegaron los malos tratos de su marido.

"Dequerer matarme todos los díasy yo tener que proteger a mis niños", explica María de las Camelias. Proteger a sus hijos y sacarlos adelante porque, por maltratarla, su marido está en prisión, como contó en el diario El País. Ahora, de baja por el trastorno psiquiátrico, ansiosodepresivo y postraumático que le ha provocado todo esto, ha sido expulsada del Ejército.

"Le deben reconocer que su patología está directamente relacionada con el servicio", apunta María Dolores Flores, su abogada. Pero no se lo reconocen, y no tiene derecho a pensión, ni indemnización. Al conocer este caso, el Defensor del Pueblo le ha preguntado a Defensa por sus medidas para proteger a las víctimas de acoso en el Ejército.