Colectivos vecinales ya han hecho diferentes acciones reivindicativas. Carreras de maletas, el entierro de la vecina o mapas colaborativos en los que los propios vecinos denuncian dónde hay pisos Airbnbs. De momento, todas las acciones son pacíficas.
"Puede ser un polvorín, puede ocurrir cualquier cosa. Aunque esto no va contra el turismo sino contra la gente que especula", ha señalado uno de los vecinos indignados.
Victoria, una vecina del barrio de Huertas Madrid, se siente desamparada ante el aumento de viviendas de alquiler turístico. "Si el Estado no nos protege, pues tendremos que hacer algo, estría dispuesta a salir", ha señalado. En su edificio la mitad de las viviendas están dedicadas al Airbnb y eso no deja de darle disgustos. "Un día cogen un extintor y te lo vacían en la escalera", ha dicho.
La proliferación de apartahoteles en el centro también es otro problema. "Un edificio se ha vaciado entero y ahora es de apartahoteles turísticos. Es decir, hemos sustituido un vecino por un turista", ha señalado Víctor Rey, presidente de la Asociación de Vecinos del Barrio de las Letras.
En Malasaña se respira la mismo. "Todos los problemas que hay se deben a que la competencia es, por lado, del Ayuntamiento y ,por otro, de la Comunidad de Madrid. Sin un acuerdo entre ambas instituciones es imposible resolver este conflicto", ha afirmado el presidente de la Asociación de Vecinos de Malasaña, Jordi Gordon.
"Si la Comunidad de Madrid no actúa en los próximos meses, desde el Ayuntamiento, en la medida de las posibilidades y las competencias que tengamos, intentaremos ir a una regulación propia", ha señalado Jorge García Castaño, concejal del Distrito Centro de Madrid.
"Nosotros no vamos a limitar. Vamos a plantear una serie de mínimos para que las viviendas cumplan la ley", ha señalado Jaime de los Santos, Director de la Oficina de Turismo de la Comunidad de Madrid.