Charles H. Ellis, el obispo que ofició el funeral de Aretha Franklin ha tenido que pedir perdón tras la polémica que ha suscitado la forma que tuvo de agarrar por el pecho a Ariana Grande.
El reverendo ha terminado pidiendo disculpas: "No quería tocar el pecho de ninguna mujer, quizás me pasé de la raya y fui demasiado amigable. Pido perdón".
Pero no es el único motivo por el que el obispo ha tenido que disculparse. En el atril contó un chiste que muchos califican como racista: "Pensé que Ariana Grande era un nuevo plato en Taco Bell". Entre bromas dijo desconocer a la interprete, pensando que su nombre era el de un plato mexicano: "Pido perdón a Ariana y a su comunidad, fue un chiste que salió mal".