Su indiscreción le delató, el aviso de un testigo fue la clave para identificarlo. Escuchó estas palabras, según varios medios, y no dudó en reproducírselas a la Policía: "Lo he dejado muerto. Me tengo que ir (...) lo he dejado allí tirado en la carretera (...) tengo que coger un avión". Así lo publica ABC.
El testigo estaba visitando a un familiar en una corrala de Pozuelo de Alarcón, Madrid, en la que vive el acusado del atropello. Mientras fumaba, escuchó dos conversaciones.
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En una de las conversaciones escuchó cómo el hombre hablaba del suceso con un vecino: "Lo he atropellado, ha sido cerca de la parada". Así lo recoge El País.
Después, continúo relatando los hechos por teléfono y en sus conversaciones no escatimó detalles de cómo había quedado el vehículo. "El parabrisas está roto, he dejado el coche junto al trabajo".
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El testigo aportó también un dato significativo: el acento. Pensó que debía ser "argentino, uruguayo o Paraguayo" y no se equivocó. Según la policía, el acusado tiene doble nacionalidad: argentina y paraguaya. El testigo también contó que vestía un mono de trabajo, según los vecinos se dedica a la construcción. Con estos datos, el testigo fue a la comisaría.
La investigación dio un vuelco y los agentes lograron detenerlo antes de que pudiese huir a Argentina. Ahora, se podría a enfrentar a tres delitos: homicidio, omisión de socorro y contra la seguridad vial, penados cada uno entre cuatro y seis años de prisión.
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Piden una regulación estricta
La lucha de los ludópatas por prohibir las tragaperras en los bares: "Un café te puede costar 300 o 400 euros"
Los detalles Más de 15.000 personas han firmado una petición para regular el acceso a las máquinas de juego en bares y cafeterías, que son el punto de entrada de muchos menores al juego y ponen en peligro el tratamiento de los adictos que se autoexcluyen.