La impresionante riada de Cebolla arrastró a Julia, una de las vecinas del pueblo. "Me agarré a la verja e intenté subir los pies, no pude porque no podía hacer el impulso de trepar. Agarrada a la reja pude subir los pies por encima del zócalo", explica Julia.
Fueron 20 minutos de agonía. "En una embestida el agua me tiró las dos piernas y no hubo forma de sujetarme. Me solté y el agua me sumergió. Ahí dije 'se acabó todo'", recuerda con angustia.
"Estaba sumergida en el agua y en el lodo. No veía nada. Fui arrastrada y me topé con la fachada de la farmacia y ahí ya supe que me tenía que agarrar a lo que fuera", señala esta víctima de la riada.
Gracias a la rotura de los cristales de la farmacia, Julia pudo pedir auxilio. Ahora está repleta de golpes y moratones, pero viva.
Ordena retirar las bombas
Nuevo giro en los pozos de Alba: el juez ordena precintar los pozos ilegales y si vuelven a sacar agua los acusará de un delito de desobediencia
Los detalles La orden judicial refuerza el precinto que ya hizo por vía administrativa la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Los pozos pudieron ser descubiertos gracias a la denuncia de ocho trabajadores. Otro informe de la Guardia Civil cifró en más de seis millones de euros el daño ambiental.