Alberto, el Guardia Civil arrollado por un camión que se saltó un control en Los Palacios, Sevilla, y mató a seis personas ha abandonado el hospital. El agente, que no podrá volver a caminar, afronta su nueva etapa con optimismo.

A pesar de que acaba de pasar el mes y medio más traumático de su vida, Alberto tiene una sonrisa para quienes en el Hospital Virgen del rocío de Sevilla le han cuidado estas semanas. Alberto les ha agradecido a los médicos que le hayan salvado la vida. "Vine aquí moribundo y me habéis curado todas las heridas", les ha contado a todos aquellos que se han reunido para hacerle un paseíllo de despedida en el hospital.

"Nos hacéis ver que es un cambio de vida a una vida diferente. Que no hay ni peor ni mejor", ha comentado el agente de 38 años que tiene una lesión en la columna y no podrá volver a andar. Salió despedido en esa noche en la que un camión, por despiste, según dijo su conductor, se llevó por delante un control del GAR, un cuerpo de élite de la guardia civil, y mató a cuatro civiles y dos de sus compañeros.

Ahora Alberto tiene por delante, según confirman desde el cuerpo, más de un año de rehabilitación psíquica y física en el hospital de Toledo especializado en paraplejia. Según dicen en el GAR, es un animador nato y un optimista empedernido, ese que tira siempre del carro.