Las manos de la mujer de 46 años a la que su expareja, que ya ha confesado el crimen, decapitó en Marbella, han aparecido en la playa de Calahonda. El hallazgo se ha producido gracias a una persona que paseando por la playa las ha visto y ha llamado a la Policía. Al llegar a la zona, los agentes de la Guardia Civil hallaron la otra mano.
Aunque se está a la espera del análisis forense, todo parece indicar que los miembros encontrados corresponderían a Natalia. Las autoridades llevaban buscando la cabeza y las manos de la mujer durante cinco días, después de que el asesino reconociera el crimen. El cadáver, sin la cabeza ni las manos, fue localizado el pasado 8 de enero flotando en el mar.
La familia de la víctima, al conocer los hechos, denunció que su familiar había desaparecido y contó a los agentes que el cuerpo encontrado podría ser el suyo. Entonces, se iniciaron las investigaciones para averiguar la identidad de la víctima y se detuvo a la expareja de la mujer.
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El hombre la había amenazado días antes por teléfono y había quebrantado las medidas cautelares establecidas tras su detención a mediados de diciembre por maltrato a la mujer, con la que había mantenido una relación sentimental durante cinco meses. Finalmente, confesó que la asesinó, la mutiló y lanzó su cuerpo al mar. Esto, junto con el análisis de ADN, confirmó los peores presagios de sus familiares.
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El acusado ha declarado que empujó a Juana durante una discusión y que, al ver que había muerto, decidió ocultar su cuerpo. Tras 21 años de silencio, ha pedido perdón a la familia.