Este mensaje va dirigido a los padres y madres de la actual Generación Z, la que se encuentra en ese complicado momento de la vida que es la adolescencia y la juventud temprana: lo estáis haciendo bien. Podéis estar orgullosos de, al menos, una cosa: habéis conseguido que vuestros hijos asuman el reciclaje como un hábito más del día a día.
Y si no lo creéis, preguntadles. He aquí la prueba. Hemos hablado con cinco jóvenes de entre 12 y 22 años y el resultado es claro: educar en el reciclaje sí cuenta.
Sergio, 22 años: "Hago lo que he visto toda la vida"
"Teníamos un cubo de tres apartados en casa, y también recuerdo que las pilas siempre las han tirado en su recipiente". Sergio Campos (22 años) explica que él ha visto reciclar en su casa "toda la vida", por lo que es un hábito que lleva a cabo casi por "inercia" tras haber visto siempre a sus padres separar los residuos. A lo largo de la conversación va sumando gestos: "Ah, también el vidrio", "y el textil, que donamos o tiranos a su contenedor correspondiente". También se separa la basura orgánica en su casa.
Además de familia, aseguran que ha influido en su educación las charlas o talleres recibidos en el instituto, en los que les han explicado la importancia del reciclaje, y está convencido de que es importante para luchar contra el cambio climático. Eso sí, confiesa, que a veces todavía se hace un lío con el cartón de leche y lo tira al cubo del papel y cartón en lugar de al contenedor amarillo, pero tiene ayuda: "Entonces ya viene mi novia o mi madre y me dice dónde es".
Jóvenes o mayores, el número de personas que reciclan es mayor cada año. Ocho de cada diez españoles separan envases del contenedor amarillo en casa, según un estudio sobre hábitos de reciclaje realizado por Catchment para Ecoembes, la organización ambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de los envases del contenedor amarillo y azul en España.
Pablo y Lidia Ramírez, 19 y 16 años: "Reciclamos de siempre, nos lo enseñaron nuestros padres"
Además de separar los envases del contenedor amarillo y azul, y la basura orgánica (que va al de tapa marrón), en casa de estos dos hermanos las pajitas son reutilizables, se separa el aceite de cocina y el de motor y se hacen visitas frecuentes al punto limpio para desechar todo aquello que no debe tirarse a los contenedores habituales. También separan envases fuera de casa, allí donde encuentren papeleras diferenciadas, como ocurre en la universidad y en el instituto.
Suena a mucha tarea, pero para ellos es un hábito normal de su vida diaria: "Lo hemos hecho desde siempre, nos lo enseñaron nuestros padres". Sin mayor épica, eso sí, no creen tampoco estar salvando al mundo: "Todos tenemos que dar ejemplo", apunta Pablo, que tiene claro que el reciclaje es necesario porque "tenemos recursos limitados, si no lo hacemos, a largo plazo no será sostenible".
Eso sí, entre sus amistades no siempre aprecian el mismo comportamiento y, confiesa Lidia, "cuando vienen a casa no todos saben dónde hay que tirar las cosas".
Bien es cierto que los jóvenes de 16 a 25 años no son el tramo de edad que más recicla (lo hace el 76% frente al 84% de los adultos de entre 35 y 54 años), pero cada vez son más y desde más temprana edad gracias al hábito adquirido en casa y en la escuela e institutos.
Debido a su edad, la Generación Z (nacidos entre 1995 y 2010) es la primera generación completa que ya contaba con todo el elenco de contenedores de residuos urbanos (azul, amarillo, el iglú del vidrio) desde su nacimiento.
Cuando la también Gen-Z Gretta Thunberg comenzó sus manifestaciones 'Fridays for future' dando comienzo a un movimiento sin precedentes, vimos cómo jóvenes de todo el planeta mostraban que ellos también se preocupan por el medioambiente y luchan contra el cambio climático.
Y es que esta generación, además de nacer ya en un mundo digital, ha recibido una mayor educación ambiental con respecto a otras. Ya sea en casa, en la escuela, o a través de las redes sociales, la conciencia por el reciclaje ha calado desde que tienen recuerdos.
Ana y Sol, las hermanas 'mayores' que con 12 años ya enseñan a sus hermanos pequeños
En la franja menor de la generación Z también encontramos ejemplos de cómo la educación en reciclaje en el hogar cala. Ana Rodríguez y Sol Rivero, con apenas 12 años, también recuerdan que en su casa se separan los envases "desde siempre": "Hay varios cubos de basura, tenemos etiqueta para cada cosa", dice Ana, "mis padres me dijeron dónde hay que tirarlo", apunta Sol.
Ambas tienen hermanos pequeños, de 6 y 8 años respectivamente, los cuales algún día podrán decir que también sus hermanas les enseñaron a reciclar: "A veces a mi hermano se le olvida dónde va y yo se lo digo", explica Sol, quien, al igual que Ana, piensa que es un gesto necesario "para mejorar el medio ambiente".
Con adolescentes o sin ellos, el 82,3% de los españoles asegura tener varios cubos, bolsas o espacios en sus casas en los que separan envases. Según el estudio antes citado, en 2020 en España había 38,9 millones de españoles que se declaran recicladores, casi dos millones más que el año anterior.
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