La Ertzaintza ha alertado de la proliferación durante los últimos meses de nuevos casos de la conocida como 'estafa del afilador', en la que las víctimas son talleres y empresas. Según ha informado el Departamento vasco de Seguridad, entre mayo y julio se ha detectado por parte de la Ertzaintza en Guipúzcoa un incremento de estos casos en los que se oferta un servicio de afilado de materiales que posteriormente es defectuoso o en el que se exige una remuneración superior a la pactada. Los autores llegan a amenazar o extorsionar a las víctimas.

El modus operandi de esta estafa consiste en una o dos personas que acuden en persona a talleres y pequeñas empresas, ofreciendo el servicio de afilado de material industrial de corte, como brocas, discos, u otro tipo de herramientas, acordando verbalmente con la víctima un precio "atractivo" por la realización del servicio de afilado.

Al cabo de uno o dos días se presentan nuevamente en el lugar con las herramientas afiladas, en muchas ocasiones de manera muy deficiente, exigiendo cantidades mucho más elevadas que las acordadas inicialmente por el servicio prestado.

Si no se accede al pago, y siempre bajo amenazas y coacciones, señala la Policía vasca, los autores intentan rebajar la cantidad exigida a fin de obtener un dinero rápido e inmediato. Si no se accede a sus peticiones, llegan a realizar llamadas telefónicas en las que amenazan con generar daños en las instalaciones o a familiares directos de las víctimas.

En algunos casos se han trasladado a los talleres o empresas afectadas en compañía de otros individuos, para amenazar y presionar con el fin de conseguir sus objetivos. Para evitar estas situaciones, la Ertzaintza aconseja convenir este tipo de servicios de afilado con empresas o profesionales "cualificados y contrastados", así como no ceder nunca al chantaje ni realizar pagos 'negociados', ya que "volverán a presionar y extorsionar las veces que consideren necesarias, más si han conseguido un primer pago".

En caso de ser víctimas, se insta a denunciar los hechos a la Ertzaintza o las Policías Locales, aportando datos como matrículas de vehículos utilizados, fotografías de sistemas de videovigilancia, de cámaras o de dispositivos electrónicos que puedan facilitar la identificación de los sospechosos.