El coronavirus empieza transformar nuestro modo de vida: trabajamos desde casa, apenas salimos a la calle y seguimos las noticias con inquietud.
El cerebro reacciona al aluvión de cambios y es inevitable darle vueltas a la cabeza. Además, si hay algo que perturba especialmente es el miedo a lo desconocido.
"El pánico nos puede llevar a falta de aire, a crisis de pánico y a pensar que tenemos la sintomatología sin tenerla. Hay que mantener la calma, la serenidad, y tirar del pensamiento", explica Ana Asensio, psicóloga.
¿Y los niños? Todo es nuevo para ellos. No sólo las escuelas están cerrada, también los parques de recreo les prohíben ahora la entrada.
Hay que contar a los más pequeños que hay un virus muy contagioso y que todos tenemos responsabilidad. Hay guías dirigidas a los niños que sirven para hacerles comprender mejor la situación sin infundirles miedo.
"Los niños pequeños van a ser vulnerables según vean al adulto, son esponjas y lo que haces y les cuentas es lo que van a asimilar", destaca Asensio.
Las personas con trastornos psicológicos previos también son especialmente vulnerables, sobre todo, si los periodos de cuarentena se alarga. "Es clave prepararse una rutina adaptada al momento que toca: teletrabajar, ocuparse de los niños en casa...", apunta Asensio.
El coronavirus es un desafío también para nuestra mente y aceptarlo con naturalidad y sin temor es, sostienen los expertos, la mejor herramienta para vencerlo.