Si Viena tiene su tradicional concierto de año nuevo, Barcelona tiene su ya mítico primer baño del año, más de 1.000 personas han ido, muchos repetidores.

Han desafiado al frío y al sueño y, como ya es costumbre, muchos han llevado algo más que el bañador. Lo hacen para mantener la salud. Eso sí, cuidado con los contrastes al salir al beber un café caliente.

En A Coruña, misma tradición, la idea es hacerlo todos los días del año. A algunos no les ha hecho falta el bañador, se han quitado el traje de Nochevieja y al agua.

En El Robledo, en Ciudad Real para celebrar que su río, el Bullaque, tiene caudal suficiente, se bañan en él.

Fuera de España dan la bienvenida al 2019 con algo más de calor y con precaución. En Montevideo, paraguas para no acabar calado. Guerra del agua y de la sidra por sus calles.

En Ecuador han ardido los muñecos de Año Viejo. No se libra ni Maduro ni dibujos animados. Los hombres se visten de viudas y saltan las hogueras. Lo hacen para dejar atrás todo lo malo y empezar el año con mejor pie.

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