El 90 por ciento de los adolescentes no se vuelven adictos a los videojuegos aunque jueguen frecuentemente o, al menos, así lo han demostrado un equipo de investigadores de la Universidad Brigham Young (Estados Unidos) en un estudio publicado en la revista 'Developmental Psychology'.
Para la mayoría de los adolescentes, jugar a videojuegos es una forma divertida y a menudo social de entretenimiento, si bien existe una creciente preocupación sobre si su uso está relacionado con problemas de conducta y con el desarrollo de una adicción.
El videojuego patológico se caracteriza por un tiempo excesivo dedicado a su uso y la dificultad para desconectarse de ellos, si bien sólo alrededor del 10 por ciento de los jugadores entran en la categoría de videojuegos patológicos.
Para medir la adicción a estos juegos, los expertos analizaron a 385 adolescentes, quienes, durante un periodo de seis años, tuvieron que completar cuestionarios que medían sus niveles de depresión, ansiedad, agresividad, delincuencia, empatía, comportamiento prosocial, timidez, estrés financiero y uso problemático del teléfono móvil.
Así, los investigadores encontraron que ser hombre y tener poca vida social aumentaba el riesgo de adicción a los videojuegos. No obstante, el 72 por ciento de los adolescentes que participaron en el estudio presentaron escasos síntomas de adicción, el 18 por ciento de forma moderada y sólo el 10 por ciento mostraron comportamientos adictivos.
"Si bien alrededor del 90 por ciento de los jugadores no juegan de manera perjudicial para su vida, todavía hay una minoría considerable que realmente es adicta a los videojuegos y sufre síntomas de adicción con el tiempo", han avisado los responsables del trabajo.