Introducidos ilegalmente

De la extinción al descontrol: los castores invaden España y destruyen ecosistemas

¿Dónde están asentados? El río Ebro vio los primeros castores en 2003, y en 2022 llegaron al Duero. En 2023, la especie se estableció en el Guadalquivir, y en 2024 se avistaron en el Tajo, cerca de Guadalajara.

Los castores invaden España y destruyen ecosistemas

Hace dos décadas, los castores eran prácticamente inexistentes en los ríos de España, al borde la extinción. Hoy en día, sin embargo, se encuentran por todo el país, dejando tras de sí huellas de su presencia: árboles destrozados y ecosistemas transformados. Los biólogos advierten que su expansión no es natural, sino resultado de su introducción ilegal y descontrolada.

En áreas cercanas al río Ebro, en Logroño, se puede ver cómo los castores han talado árboles enteros, dejando el paisaje transformado. "Cortan todo el tronco para acceder a las cortezas y ramas pequeñas", explica un biólogo.

Este animal, conocido como un 'ingeniero de ecosistemas', tiene la capacidad de modificar drásticamente su entorno. El biólogo Jacinto Romero señala que los castores pueden llegar a derribar árboles de gran tamaño. "Es un animal capaz de tirar árboles, como este que está aquí", dice mientras señala uno de los árboles caídos.

En los últimos años, su presencia ha sido cada vez más frecuente. El río Ebro vio los primeros castores en 2003, y en 2022 llegaron al Duero. En 2023, la especie se estableció en el Guadalquivir, y en 2024 se avistaron en el Tajo, cerca de Guadalajara.

Estas introducciones no son un fenómeno natural, sino que han sido realizadas por individuos con afición por esta especie. "Llegan con una furgoneta y los meten, así sin más", relata un biólogo, destacando el carácter ilegal de la suelta.

Para muchos expertos, este fenómeno es preocupante. En un intento por controlar la situación, se propuso la idea de eliminar a los castores de las zonas afectadas, pero los esfuerzos no tuvieron éxito. Ahora, los biólogos se concentran en gestionar su población y proteger los árboles mediante medidas como el uso de mallazos en zonas vulnerables.

El impacto medioambiental de los castores sigue siendo un tema de estudio. A pesar de su habilidad para modificar el ecosistema, los expertos temen que su presencia no solo altere la flora local, sino también afecte su propia supervivencia si el entorno no es adecuado para ellos.