La representación de mujeres en puestos directivos y de responsabilidad se estanca, incluso baja ligeramente en el último año. Tan solo el 24% de los puestos de CEO están ocupados por mujeres, aunque donde más se nota es en los campos de ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas; materias en las que cada vez se gradúan más mujeres; donde su fuerza laboral es del 34% a pesar de que cada vez se gradúan más mujeres en estas materias.
Así nos lo cuenta Eva Díaz, de 52 años, antes de transicionar era socio director de una consultoría y ejercía un liderazgo jerárquico, después tuvo que cambiar porque dejaron de percibirla igual, aunque el cargo era el mismo: "Esa categoría me permitía tomar decisiones directas sin necesidad de consultar". Tras su transición todo cambió: "Como mujer lo que sientes es que no transmites esa jerarquía que da la posición".
"No estamos partiendo del mismo lugar para tener las mismas oportunidades", comenta Rosario Sierra, directora de desarrollo corporativo de Linkedin. "Se habla mucho de igualdad y es donde hay que llegar, pero desde donde hay que partir es la equidad", sostiene. Es una rueda que se retroalimenta.
Por su parte, la inversora y miembro de consejos asesores Gabriela Orille, apunta que "necesitamos tener más mujeres en puestos de dirección para que de ese consejo de dirección puedan salir CEOs y que esas CEOs puedan llegar a consejos". "Para mí hay un esfuerzo muy importante que tienen que hacer los departamentos de recursos humanos para cambiar el chip", añade. El liderazgo de las mujeres es necesario porque, "lo hacemos con más empatía, en colaboración y somos más abiertas", opina.
El poder hay que ganárselo, pero también hay que entender que las mujeres pueden aportar el mismo valor que aportan otros. "El talento se retiene con las habilidades de la mujer", comenta Eva Díaz. De aquí la necesidad de apostar por liderazgos femeninos. Un hecho que para algunas ya una realidad.
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