El gesto de solidaridad de una familia de Franquesas del Vallès con una conocida se les ha vuelto en contra por culpa de la legislación española, según publica la cadena de televisión TV3.
La familia denuncia que no puede echar de su casa a la mujer, que se ha convertido en okupa desde hace meses. Los propietarios de la casa invitaron a vivir a su casa a su amiga hasta que encontrara un trabajo para evitar que se quedara en la calle.
Sin embargo, al intentar echarla de su hogar, la mujer se negó y ya lleva dos meses viviendo en la habitación. La razón es que al haberla permitido vivir en casa voluntariamente durante más de 48 horas, ahora no hay manera legal de que se vaya de allí.
Los propietarios han contratado incluso seis abogados, pero ninguna de las vías legales han sido efectivas, y ahora la única esperanza es una demanda por desahucio, cuya resolución se alargará de seis meses a un año.
Además, la okupa lleva al domicilio a su hijo y a su pareja los fines de semana sin consentimiento previo, lo que está generando más roces en la convivencia. Estos choques han llevado incluso a una denuncia por parte de la mujer a los propietarios de la vivienda, acusándoles de coacción por instarla a abandonar la casa, un hecho que ha provocado que no se atrevan ni a entrar a su habitación.
A partir de las 48 horas de residencia, los invitados tienen "derechos adquiridos", y los propietarios lamentan que no pueden impedir "que gaste nuestra luz y agua". "Estamos totalmente desamparados legalmente", explica a TV3.
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"Vivimos en nuestra casa completamente condicionados y con miedo", "mi mujer ha llegado a plantearse el suicidio", asegura Francesc Ferrer.