Tal y como anunciaron al conocer el fallecimiento, la familia de Sara G., muerta como consecuencia de las graves lesiones que sufrió durante una intervención quirúrgica estética en Cartagena, ha acusado al cirujano que la practicó de un presunto delito de homicidio por imprudencia.
La denuncia la ha presentado el abogado que ha asumido la defensa en el caso en el juzgado de guardia de Murcia. Ya anteriormente había formulado otra denuncia por un delito de lesiones. Según apunta la Agencia EFE, el letrado, Ignacio Martínez, ha dicho a Efe que "con la muerte de Sara los hechos adquieren mayor gravedad y no es descartable que finalmente puedan ser declarados como constitutivos de un presunto delito de homicidio".
La mujer, de 39 años, se sometió a una lipoescultura en el hospital Virgen de la Caridad de Cartagena (Murcia), el pasado 2 de diciembre. Los daños producidos en la operación obligaron a trasladarla inmediatamente al Hospital General Santa Lucía, donde permaneció ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), hasta su fallecimiento.
El abogado ha pedido además la adopción de medidas cautelares para evitar que el cirujano siga ejerciendo la medicina o que pueda marcharse del país. Además, la denuncia se dirige también contra todas aquellas otras personas que tomaron parte en el acto médico, por lo cual se pide al juez que reclame su identidad y la condición en la que intervinieron.
El letrado ha explicado también que con la introducción de la cánula utilizada en la operación, este doctor, presuntamente, produjo numerosas lesiones en el organismo de Sara, que provocaron una peritonitis y otras patologías que esta no ha podido superar tras permanecer casi un mes en la UCI.
Funeral multitudinario
Decenas de familiares y amigos han asistido este lunes en Alcantarilla (Murcia) al funeral. El acto religioso se ha celebrado en el tanatorio San Roque del municipio y ha sido oficiado por el hermano de la fallecida, que es pastor evangelista, y en él han estado presentes los padres, los hermanos y los dos hijos de Sara.
Debido a la gran afluencia de personas y las restricciones sanitarias motivadas por la pandemia de covid, el funeral ha tenido lugar en la explanada del tanatorio. Allí, el portavoz familiar y expareja de la fallecida, Ezequiel Nicolás, ha explicado a los medios de comunicación que los padres y hermanos de Sara están "totalmente rotos" y que los 29 días que han transcurridos entre la operación y el fallecimiento han sido una "auténtica pesadilla". Al parecer, la familia desconocía que Sara iba a someterse a esa cirugía.
El portavoz familiar ha indicado que espera que la instrucción judicial esclarezca los hechos, aunque ha añadido que "esto ha sido un asesinato".