Rachel tenía 18 años cuando conoció a Alistair, de 21 años en Australia. Tres meses después de comenzar la relación, Rachel vio que Alistair se había fracturado la mano durante una noche de fiesta. Cuando la joven le preguntó el motivo de la fractura, su pareja le contestó que se lo había hecho en una pelea, pero que no fue su culpa.
Con motivo de la fractura de la mano, el joven no podía trabajar durante un tiempo, por lo que Rachel decidió prestarle 620 euros para ayudarle a llegar a fin de mes, según publica el medio australiano 'ABC'. La joven contó que unos meses después decidieron terminar con la relación, aunque "no fue por nada significativo".
De los 620 euros que le había prestado, Alistair solo le devolvió 186 euros. Cuando la joven comenzó a pedirle el resto de forma reiterada, su exnovio dejó de responder a los mensajes y llamadas. Más tarde, Rachel empezó a darse cuenta de que las cosas habían comenzado a desaparecer de la casa en la que vivieron juntos. Así, hablando con otros amigos de Alistair, Rachel descubrió que también les debía dinero a ellos.
Sin embargo, la joven recibió una llamada de un amigo de Alistair dando a su exnovia una triste noticia: el chico había muerto. "Si te llamara y te dijera que mi madre murió, no dirías 'dame un certificado de defunción'", ha expresado la joven, aunque ha reconocido que "suena estúpido en retrospectiva", pero que no tenía "ninguna razón para cuestionarlo".
Incluso la madre del chico les contó a los amigos que había sido asesinado, según ha contado Rachel, porque le debía dinero a una pandilla de moteros. Rachel ha dicho que en ese momento no quería saber más detalles, solo "llorar y seguir adelante".
Sin embargo, dos años después, la historia dio un giro, cuando la joven se encontraba con su mejor amigo en el pueblo donde crecieron y donde conoció a Alistair. Rachel recordó que el hermano de su exnovio trabajaba en un restaurante familiar en ese pueblo y decidió acercarse a saludarle. "No le había visto en mucho tiempo y quería saludarlo", ha indicado.
De esta forma, Rachel y su amiga le preguntaron a la camarera si el chico estaba trabajando, pero la mujer respondió: "Él no está, pero su hermano sí", algo que Rachel creyó no entender porque era imposible, por lo que preguntó a qué hermano se refería y la camarera respondió que a Alistair.
"Me quedé en shock", ha recordado, añadiendo que, efectivamente, vio al chico y, así, verificó que era cierto que Alistair había fingido su muerte. Cuando la joven se encontró con el chico, comenzaron a discutir y el encargado le pidió que "parasen la escena". Tras descubrir la mentira, Rachel decidió ir a la Policía para denunciar que el chico le debía dinero. "Básicamente, la Policía me dijo que era mi palabra contra la suya", ha señalado.
Pero la historia no acaba aquí. La madre de Alistair (que dos años atrás le había dicho que su hijo había sido asesinado) mandó un mensaje a Rachel reprochándole que la "escena" que habían hecho en el restaurante le había hecho perder el trabajo a su hijo.
Tras el incidente, Rachel renunció a recuperar su dinero, pero unos años más tarde, se volvió a encontrar con Alistair en un restaurante diferente e intentó hablar con él y pedirle su dinero. Sin embargo, ella ha contado que él en un primer momento fingió no reconocerla y después negó deberle dinero.
Ahora la joven ha contado la historia y ha expresado que le gustaría haber tenido la oportunidad en ese momento de preguntarle por qué fingió su muerte o dónde se había ido cuando desapareció, pero que el encuentro fue "fugaz y extraño".