La Fiscalía ha anunciado que presentará un recurso contra la sentencia de la Audiencia de Barcelona para la conocida como 'La Manada de Manresa', en el que pedirá que se les condene por un delito de agresión sexual y no solamente por abuso.
La Audiencia condenó a penas de entre 10 y 12 años de prisión a cinco jóvenes por la violación múltiple a una niña de 14 años en Manresa (Barcelona) en 2016 por delito de abuso sexual a menor, al considerar que actuaron "sin usar ningún tipo de violencia o intimidación para vencer una oposición que no existió u obtener un consentimiento que la mujer no estaba en condiciones de poder dar".
Los hechos ocurrieron en octubre de 2016 en Manresa, cuando un grupo de jóvenes acudió a una fábrica abandonada -en el Camí Torre d'en Viñas- para realizar un 'botellón' y los cinco violaron a la menor cuando estaba inconsciente, tras haber tomado alcohol pese a su "baja tolerancia" y fumado marihuana.
La Fiscalía, que inicialmente había pedido condenar por abuso, al final del juicio elevó la acusación a agresión sexual para seis de los siete acusados y ahora recurrirá la sentencia en este mismo sentido.
La fiscal, una vez concluido el trámite de la prueba en el juicio -que se celebró casi en su totalidad a principios de julio, cuando declararon los acusados y la víctima-, modificó en el juicio en las conclusiones definitivas sus peticiones de condena, elevándolas hasta los 25 años en el caso del principal acusado.
Según la fiscal, seis de los acusados -excepto uno, solamente acusado de omisión- presuntamente cometieron delitos de agresión sexual aprovechándose de la condición de la víctima, "su temprana edad, 14 años, su complexión menuda, encontrarse sola en una de las casetas abandonadas" y estando bajo los efectos del alcohol y las drogas.
A ello añadió el hecho de que actuaron "con superioridad numérica, de edad y complexión" para llevar a cabo su actuación en grupo y de forma sucesiva, después de que el principal acusado, B.A.M.C., organizara la acción por turnos. La fiscal resaltó que la víctima no consintió los hechos y fue obligada por los procesados a sufrir todos los ataques contra su libertad sexual, y vivió una situación "absolutamente denigrante".