Este lunes ha comenzado el juicio contra Francisco Javier Almeida, acusado de haber violado y asesinado a un niño de 9 años en octubre de 2021 en Lardero. El Fiscal pide pide prisión permanente revisable por un delito de asesinato y 15 años de cárcel por un delito de agresión sexual.
En su primera declaración, Almeida ha alegado que fue el niño quien accedió a tener relaciones "voluntariamente", reconociendo que ese día bebió "un montón" (algo que negaron los agentes cuando le detuvieron) y que su intención no era "agredir y matar" al pequeño. "No le puedo decir qué hice, fue muy deprisa", ha agregado, diciendo que "esa persona" que cometió el crimen no era él.
Ha comentado Almeida que Álex "en el dormitorio estuvo", pero ha matizado que el niño se bajó solo los pantalones, negando que lo violase pero reconociendo el acto sexual. Cuando los vecinos le sorprendieron con el cadáver del niño, Almeida alega que él lo que buscaba era salvarle la vida. "La maldad existe en el mundo", ha valorado el Fiscal, afirmando que el acusado "no es reinsentable".
"Si hubiese tenido mala intención de esconder el cadáver lo habría tapado; lo bajaba descubierto para pedir ayuda porque lo veía vivo", ha dicho Almeida. El viernes se culminará la exhibición de las pruebas, dando paso a las conclusiones de las partes y a los informes finales. Se espera que sea el martes 28 de marzo cuando se entregue al jurado el objetivo de veredicto para dar paso a su deliberación.
Durante la sesión se han escuchado lloros y visto caras de sufrimiento ante la lectura de los hechos, mientras Almeida daba un escrito con anotaciones a su abogado.
Alicia Redondo, abogada de la acusación particular y popular, ha advertido de lo "desagradables" que van a ser los siguientes días, añadiendo que no le cabe "ni una sola duda" de que Almeida agredió sexualmente "con gran agresividad" al niño. "No tiene ningún trastorno, lo hizo porque quiso", ha agregado.
Arrestado en Murcia
Detenido el asesino de Talavera, uno de los diez fugitivos más buscados por la Policía
Estaba acusado de un asesinato cometido en 2009 en Talavera de la Reina (Toledo). Tenía pendiente cumplir una condena de 15 años. Se ocultaba junto a su mujer entre grandes medidas de contravigilancia.