Freddie, es un labrador de dos años que actúa como si estuviese entrenado cada vez que su dueña Lucy Brown, de 20 años sufre un ataque de convulsiones. Cada vez que esto ocurre (le pueden dar a la joven hasta 100 ataques en un solo día), Freddie acude al rescate. Se queda a su lado, le lame y le acaricia con la pata hasta que ella se recupera, tal y como publica 'METRO.uk'.
La joven de Reino Unido fue diagnosticada de un trastorno de ataque no epiléptico (NEAD), algo por lo que tuvo que acabar renunciando a su trabajo y volviendo a vivir a casa de sus padres. Además, Lucy ha contado que ha perdido a varios amigos porque ya no puede salir. Su perro para ella es tan importante que, según ha expresado, es lo único que le anima a luchar y seguir adelante.
El perro no está entrenado (aunque actúa como si lo estuviera)
"Él hace lo que hacen los perros entrenados: me lame y me acaricia con la pata hasta que me recupero. Sin embargo, él nunca ha recibido entrenamiento" ha dicho la joven de Warrington, Cheshire, añadiendo que no recuerda la primera vez que el labrador la ayudó, pero que, por lo que le dijeron, corrió hacia ella, comenzó a lamerle la cara y se tumbó y acurrucó a su lado.
Lucy sufrió su primera convulsión cuando era adolescente, pero desaparecieron rápidamente. Sin embargo, a comienzos de 2019 volvieron los ataques. En ese momento, los médicos le diagnosticaron NEAD, un trastorno en el que los síntomas incluyen convulsiones y falta de control de la vejiga.
"Esto me hizo deprimirme. Incluso perdí mi trabajo. Todos siguen adelante con sus vidas y yo me detengo", ha expresado Lucy, quien ha indicado, además que la enfermedad le "hace sentirse muy sola".
"Perdí mi trabajo y me da vergüenza salir con amigos porque temo sufrir un ataque"
"Realmente no hago mucho. Ni siquiera puedo bañarme sola. Tengo un promedio de diez convulsiones por día, aunque en febrero aumentaron a alrededor de 100. Van desde mirar fijamente al espacio hasta ataques completos. Cuando me dan, tengo que asegurarme de estar en un lugar seguro", ha manifestado Lucy.
Ahora, la joven está intentado concienciar sobre la enfermedad y ha afirmado que "muchas personas a las que se les diagnostica epilepsia en realidad pueden tener NEAD" y ha destacado que lo que más le entristece es haber "perdido muchos amigos".
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"Me da vergüenza salir. Cuando intento socializar no me siento bien porque temo sufrir un ataque de convulsiones. Por eso, he perdido muchos amigos. Ellos solían invitarme a los planes, pero debido a tantas cancelaciones de último minuto, naturalmente dejaron de llamar", ha reconocido la joven, para quien su perro Freddie, es su fiel compañero de vida.