A las nueve de la noche, por las calles de Lavapiés, ya corre la noticia de la muerte de Mambai. Un hombre, también de origen senegalés, está apoyado en una farola de una plaza cuando un Policía le golpea por la espalda. Cae al suelo y ese mismo agente se marcha. Otro trata de arrastrarlo pero se van y lo dejan tirado en la plaza.

Carga policial en el barrio de Lavapiés

"Otro grupo de agentes que llegaron después lo cogieron y lo trasladaron a una calle adyacente, lo meten en un portal y a partir de ahí se le pierde la pista" explica Juan Luis Sánchez, periodista de eldiario.es. La prueba es un vídeo que grabó un vecino en el momento en el que la policía introdujo al herido en ese portal.

Manifestantes en la Plaza Nelson Mandela del barrio madrileño de Lavapiés

En el parte de heridos de esa noche de los servicios de emergencias, no aparecía este hombre. El motivo es porque la policía se lo había llevado de allí, en concreto a la Comisaría de Leganitos para ser atendido por los sanitarios porque las ambulancias no podían acceder al centro de Lavapiés por el caos levantado. De ahí que se le perdiera la pista, porque los servicios de emergencia solo contabilizaron a los heridos atendidos en Lavapiés una vez que pudieron entrar en la zona.

Altercados en Lavapiés

Arona Diakate, que así se llama el hombre, lleva hospitalizado desde la noche del miércoles. El parte médico revela que sufrió un traumatismo provocado por un objeto duro y desconocido: "No hay indicación ninguna de que fuera golpeado por una porra. No sale en el informe médico a pesar de que es evidente en las imágenes" asegura Sánchez.

Contenedores incendiados en la calle Mesón de Paredes con la calle del Oso, en el barrio de Lavapiés

Lo corroboran algunos de sus compatriotas, que aseguran que esa noche sufrieron hostigamiento policial y agresiones: "La policía les propicio patadas constantes para que cayesen y poder detenerle" defiende Cheikh Ndiave, de la asociación de senegaleses en España. Tres días después de la agresión, Arona se recupera poco a poco de las contusiones y los 20 puntos de sutura que tiene en la cabeza.

Cheikh Ndiaye, de la asociación de Senegaleses de España