Varios cientos de niños provenientes de familias vulnerables en Cataluña se quedarán sin merienda y clases de refuerzo educativo después del cierre repentino de tres centros sociales en la región. La fundación privada encargada de su gestión ha decidido cerrarlos, dejando a las familias afectadas desamparadas.
El cierre de los centros ubicados en Badalona y Santa Coloma ha cogido por sorpresa a las familias que los frecuentaban diariamente, quienes ahora se sienten desamparadas. Testimonios como el de Montse Canillas y Laura Machado reflejan la rabia, impotencia y tristeza que están experimentando.
Estos centros, operados por la fundación Germina, proporcionaban mucho más que una simple merienda. Para muchas familias, representaban un segundo hogar y ofrecían apoyo crucial, como el caso de Montse Canillas, cuya hija recibió un diagnóstico de discapacidad gracias al centro.
La decisión abrupta ha dejado también a los empleados en una situación precaria, con 320 familias sin un recurso vital para sus hijos. Aunque el Ayuntamiento ha encontrado una solución temporal para el verano, la incertidumbre persiste para el próximo curso escolar.
La Fundación Germina, propiedad del magnate Mauricio Botton, ha justificado su decisión argumentando que el proyecto ha crecido más de lo esperado en Madrid, lo que imposibilita mantener los centros en Cataluña. Sin embargo, los afectados y trabajadores critican esta medida, considerándola una falta de responsabilidad social por parte de la entidad.
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Mensajes obscenos, llamadas constantes y publicaciones humillantes, a pesar de haber presentado ya siete denuncias, la situación persiste. Aunque ya hay una investigación abierta por parte de la Unidad de Delitos Tecnológicos.