Gonzalo Jácome, alcalde de Ourense, ha prohibido que el resto de concejales de la localidad gallega pueda oficiar bodas en su intento de convertir la ciudad en Las Vegas con unas ceremonias más amenas.
"Estamos haciendo las bodas de Ourense más amenas que nadie, queremos hacer un distintivo que algunos concejales de la oposición no están a la altura", explica el alcalde.
Esta misión autoimpuesta por Jácome ha llevado al alcalde a prohibir que cualquiera de sus concejales o los de la oposición puedan realizar el enlace con el objetivo de convertir en Ourense en Las Vegas: "Solo casa el alcalde. A ver si alguna gente viene a casarse a Ourense como a Las Vegas".
Pepe Araújo, concejal hasta la fecha encargado de oficiar las bodas, califica esta decisión de un "ataque de celos": "Lo único que pretende celebrando las bodas es aumentar su popularidad".
Esta decisión es algo sin precedentes en España, ya que en el resto del territorio son los novios los que pueden elegir al concejal que les oficie, con el beneplácito, eso sí, del alcalde de turno.