Patricia Aguilar está a salvo, pero ahora empieza la batalla de su recuperación psicológica para desligarse totalmente del modo de vida sectario al que ha estado sometida en Perú. María Teres Rojas, abogada de SOS Desaparecidos María Teresa Rojas, apunta a que la propia "Patricia sigue pensando que no pasa nada y niega que haya sido captada".

El padre de Patricia está en Perú y días después de haberla rescatado, aún no ha podido verla. Su hija se fue de casa hace más de un año y ahora la familia ata cabos: cree que estaba demasiado vulnerable por la muerte de su tío y se dejó llevar por las palabras apocalípticas del que ella creía que era su novio, Félix Steven Manrique, líder de la secta Gnosis en el país latinoamericano.

Su bebé, comida por los mosquitos; ella, abandonada en una cuadra: así vivía Patricia bajo el dominio de la secta Gnosis

Por el momento, Patricia y su bebé se encuentran en un albergue para víctimas de trata al que han sido trasladados junto con las otras dos mujeres y los cuatro niños secuestrados en la selva por el 'príncipe Gurdjeff'.

Su situación era límite porque "el bebé está lleno de picaduras de insectosy si se llega a intervenir un mes más tarde no se sabe lo que habría pasado", explica Teresa Rojas.

Otro de los puntos clave ahora es su vuelta a España, puesto que "a Patricia iban a expulsarla rápidamente, pero existe el problema de que al tener un bebé que ha nacido en suelo peruano puede haber más trabas", tal y como relata la abogada de SOS Desaparecidos.

La familia de Patricia tratará de aportar todo tipo de pruebas para acreditar que el acusado no solo sea juzgado por trata de seres humanos, sino también por más delitos.

Patricia Aguilar