En muchas ocasiones, los jóvenes que residen en los centros de menores españoles han tenido que dormir tirados por el suelo, con colchonetas y mantas. Los más afortunados duermen en literas, aunque también hacinados. Los monitores del Centro de Menores Hortaleza, en Madrid, están hartos de trabajar en estas condiciones y lo han denunciado en un comunicado.
En un centro concebido para 35 jóvenes conviven en torno a 100. "El centro lleva soportando esta masificación desde hace cuatro años", se expone en el comunicado, donde además se destaca la situación de muchos de los menores: "Jóvenes con diferentes patologías mentales, con dependencia a tóxicos y otras problemáticas de riesgo".
"Tenemos el triple de la capacidad real, y una condición así no es buena", ha manifestado Jaime González, educador del centro de menores de Hortaleza. Los propios menores confirman esta situación: "Muchos duermen en el suelo. A mí me gustaría ir al colegio, pero no me ayudan". Reconocen incluso que se introducen drogas.
Para paliar este problema, según los monitores, son necesarios recursos específicos que no existen. "Que se consuma o que no se consuma, o cualquier otro tipo de comportamiento se pueden tratar desde el punto de vista desde el proyecto de integración. Pero en condiciones normales, no lo que tenemos aquí", ha lamentado uno de los miembros del centro.
Otro problema se genera con los que cumplen 18. Al no tener otra referencia, se quedan junto al centro, durmiendo en la calle y comiendo lo que les dan los compañeros. Por eso piden más recursos para acabar con un problema que está generando un conflicto social y está estigmatizando a niños.