Es uno de los temas de la semana. Los centros de acogida de menores están colapsados, especialmente en Canarias. Por ello, el Gobierno trabaja en un plan para repartir a los migrantes entre las 17 comunidades autónomas.

Las condiciones de vida en los centros son extremas. Un buen ejemplo es el de Hoya Fría, en Tenerife, donde hay salas en las que duermen hasta un centenar de menores hacinados en literas. "Hay 127 menores en un garaje en el que, cuando llueve, entra el agua", explica una antigua cuidadora del centro.

Otro de los problemas es la falta de escolarización. La mayor parte de los usuarios de este centro no van al colegio, lo que provoca que el día a día de los menores pasen el día sin ninguna actividad.

Los migrantes también se quejan de malos tratos por parte de los trabajadores. "A veces los educadores pegan a los menores y los insultan", aseguran.