La vivienda de Harry, Elena y sus tres hijos en A Insua, Ponte-Caldela -Pontevedra-, ha quedado arrasada por el fuego. Sin seguro y con pérdidas de 20.000 euros se han visto obligados a pedir ayuda.
"En el típico grupo de padres de la clase de nuestro hijo preguntamos a la gente si tenía algo de ropa que no usara; nos dijeron que fuéramos a buscarla y había dos furgonetas de ropa, material escolar, colchones...", explica Elena.
El Ayutamiento les ha prestado una vivienda social y no les faltan voluntarios para volver a levantar un hogar, De momento, la generosidad es la única ayuda que se paga en Galicia.
El Gobierno gallego estudia qué hacer con las familias que no tienen sus pérdidas aseguradas, como Toño. Su casa es la única quemada en la aldea de Doiras, Cervantes -Lugo-. Él sigue apagando rescoldos aunque no queda nada por arder.
Quiere volverla a levantar y el Ayuntamiento va a abrir una cuenta porque muchos vecinos quieren ayudarle con donaciones.
La casa de Xosè en Gandarela, A Cañiza -Pontevedra-. Con todo perdido, se ha mudado con su hermano: "No tengo ganas de volver siquiera". Vive en uno de los municipios con más incendios de España y dice el alcalde que la mayoría son intencionados.
"Fallece determinada persona y deja de haber incendios, se ve claramente intencionalidad", ha asegurado Miguel Domínguez, alcalde de A Cañiza.
Cuando se detenga a los culpables, si los hay, serán quienes respondan por los daños. Mientras, en Galicia sólo se cobra, y muy bien, la solidaridad.