Marta llegó a Madrid desde México con la ilusión de "visitar la capital y sus alrededores" pero realmente ha vivido el peor infierno que se podía imaginar. Fue violadaen el hostal donde se alojaba y, además, se ha sentido abandonada y cuestionada, según informa el diario 'Público'.

Todo comenzó el pasado 23 de septiembre cuando conoció a un hombre que también se alojaba en su hostal. Ella accedió a tomarse unas cervezas con él en un parque y entablar conversación, pero al volver al hostal él, presuntamente, se propasó.

"Me quería tocar el trasero y besarme y yo le mostré mi negativa. Intentó hacer lo mismo en repetidas ocasiones durante el trayecto. Seguí apartándolo y diciéndole que no me besara. Es cuando comencé a sentirme incómoda y a pensar en irme ya a dormir. Sin embargo, no lo hice porque sentí que era mejor esperar el momento adecuado para irme a mi habitación ya que sentía miedo de que, al irme sola, me siguiera", explicó la joven.

"Me arrastró a la fuerza a un cuarto que había. Cerró la puerta y allí sucedió todo", relata la joven al citado medio, en el que cuenta que finalmente pudo escapar corriendo. Algunas de esas escenas quedaron grabadas por las cámaras de seguridad del hostal.

Al denunciar los hechos ante la Policía, la víctima identificó al presunto agresor, pero tuvo que soportar ser cuestionada por los agentes que la atendieron, según denuncia: "Los policías me preguntaban '¿pero de verdad estás segura de todo? ¿Pasó, así como dices?'".

"¿Cómo son capaces de dudar de lo que les estaba contando? Yo estaba mirándolos y entre la situación que estaba pasando, el lenguaje que a veces no es igual, no me podía creer que me preguntaran eso. Me sentía muy mal", denuncia la joven.

Esta situación hizo que la joven, en busca de una ayuda no recibida, acudiese al Consulado de México en Madrid. Allí, esperando a ser atendida, perdió su vuelo de regreso a México y además, cuenta, fue tratada con desprecio: "Me trataron con indiferencia y desprecio en todo momento. Me dijeron que llamara al 016 y me dieron un número de teléfono, el de la Asociación de Mexicanas en Madrid".

La abogada de la víctima asegura que "llegaron a decir que Marta era una mentirosa y que se lo inventaba todo": "Además, el cónsul, con el poder del cargo que representa, podría haber levantado un teléfono y llamar a la Policía para preguntar por qué no se había detenido al sospechoso cuando se tenían sus datos y se sabía cómo localizarle".

Un apoyo, que según relata, sí encontró en la Asociación de Mexicanas de Madrid, que le brindó ayuda legal, comida y la posibilidad de volver a casa. "Me siento violada tres veces, por él, por la policía y por el Consulado", zanja.