Un hombre permanece ingresado grave en el Hospital Clínico de Salamanca con fiebre hemorrágica Crimea-Congo tras haberse infectado por la picadura de una garrapata.
Además, nueve personas que tuvieron contacto con él permanecen en observación. Estas personas están siento controladas, especialmente su temperatura corporal, ya que es una de las primeras manifestaciones de la infección.
El paciente sufrió fuertes dolores musculares y fiebre muy alta. Según ha explicado la consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, la picadura se produjo a finales de mayo en una zona de pinares de la provincia de Salamanca, pero fue el miércoles por la tarde cuando el Instituto de Salud Carlos III confirmó la infección. Se trata del quinto caso que se produce en España desde que se identificó por primera vez el virus en 2010 en garrapatas de la especie 'H. lusitanicum' recogidas en una finca de Extremadura.
La denominada fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es una antropozoonosis derivada del virus nairovirus y está considerada como una enfermedad emergente en Europa Occidental, normalmente transmitida por la picadura de garrapata, pero, una vez infectada una persona, puede propagarse por contacto con la sangre, secreciones u otros líquidos corporales.
El principal grupo de riesgo serían por tanto los trabajadores expuestos a la picadura de garrapata como los ganaderos, agentes forestales o agricultores y los que realizan labores de sacrificio, desollado de animales y cardadores de lana.
¿Cuáles son los síntomas y cuándo aparecen?
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en el ser humano evoluciona en 4 fases: periodo de incubación, desde la picadura hasta la aparición de los primeros síntomas transcurren entre 3 y 7 días; seguido del periodo prehemorrágico, súbitamente aparece fiebre alta (39-40ºC), dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, mareos, vómitos, enrojecimiento de cara, cuello o tórax, congestión ocular (ojo rojo) o conjuntivitis. Aquí, es frecuente que existan cambios en el estado de ánimo, con irritabilidad y la persona puede llegar a estar confusa.
Luego está, el periodo hemorrágico, cuando aparecen hematomas pequeños (petequias) que luego pueden hacerse más grandes en piel y mucosas, y se pueden producir sangrados por la nariz y las encías o la orina, además de que también pueden aparecer vómitos de sangre o heces negras. Aquí es frecuente que se agrande el tamaño del hígado y que la piel y mucosas se ponga de color amarillento (ictericia), y en los casos más graves se puede producir una reducción del nivel de conciencia.
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Finalmente, el periodo de convalecencia o recuperación que comienza pasados 10-20 días del inicio de la enfermedad puede ser lento y tener algunos síntomas como pulso débil, afectación de algunos nervios, dificultad para respirar, sensación boca seca, disminución de la agudeza visual, pérdida de audición y de memoria. Aunque no se ha determinado con exactitud, un alto porcentaje de infectados no llegan a presentar síntomas.
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