Es la primera vez que a Celeste no le permiten alojarse en un hotel por ser una persona con discapacidad intelectual. Una discriminación injusta con la que nunca se había encontrado. "Hemos ido a Cádiz, a Valencia... y nunca nos ha pasado esto", comenta Celeste Álvarez, una de las personas con discapacidad a las que un hotel de Gandía ha restringido el acceso.
Este año organizaban, como todos los años, una semana de vacaciones en la playa para 29 personas: 23 de ellas con discapacidad intelectual y 6 profesionales de apoyo.
"Nosotros somos personas como los demás", dice Celeste. Pero no para este hotel de Gandía, que según la organización Plena Inclusión, les negó la reserva por escrito. En un mensaje que, literalmente, pone que no alojan a grupos de discapacitados.
"Somos personas con discapacidad, pero nosotros no tenemos que tener personas de apoyo todo el rato", específica Celeste. Pero esa era la condición que ponía el hotel, que cada habitación estuviera tutelada por un adulto mayor de edad capacitado.
"Suena a excusa, a desconocimiento y a discriminación", lamenta Javier Luengo, director general de Plena Inclusión. En este sentido, la Asociación de Hoteles de Gandía asegura que ni es ético, ni tampoco legal.
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Afortunadamente, el grupo de Celeste ya tiene nuevo hotel y un último mensaje para quienes le rechazaron: "Que piensen que somos personas, no bichos raros".
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