Málaga
Humedades, basura por todas partes y excrementos: las peligrosas condiciones en las que vivían los ancianos de la 'residencia de los horrores' de Málaga
Los detalles La Junta de Andalucía ha cerrado un centro de gestión privada en Málaga debido a las condiciones de insalubridad en las que vivían los ancianos. Los propietarios denuncian que, además del destrozo, han dejado una deuda de 85.000 euros.

La Junta de Andalucía ha cerrado una residencia de mayores privada en Málaga que llevaba diez años operando. En una inspección se encontraron con varias irregularidades, como que no tenía licencia de apertura, ni contaba con las condiciones de habitabilidad, además incumplía con las condiciones higiénicas y sanitarias.
Los propietarios de la vivienda en la que se había instalado este centro de gestión privada aseguran que, cuando entraron por primera vez, se encontraron con verdaderos horrores: humedades, colchones sucios y hasta excrementos por el suelo. Unas condiciones que ponían en riesgo la vida de los ancianos que vivían en ella.
A esto se sumaba las bolsas de basura que se amontonaban en las instalaciones o el jardín ocupado por decenas de colchones, también contaba con una cocina repleta de suciedad.
María de Salud, propietaria de la casa, accede a hablar con laSexta sobre lo que ha encontrado en el interior de la vivienda, que ha quedado completamente arrasada. "Hay habitaciones que tienen todos los cables arrancados y paredes arrancadas", relata.
Ella nos asegura que alquiló la vivienda a dos mujeres como un centro privado para el cuidado de mayores y ahora se la ha encontrado en unas condiciones ruinosas. "De ser una maravilla se ha convertido en una residencia de horrores", se lamenta.
"Yo no podía imaginar que una casa pudiera dejarse en ese estado de abandono", explica Andrés Francisco Pérez, abogado de esta causa.
A pesar de las terribles condiciones, lo cierto es que hasta hace dos semanas había residentes, que ya han sido reubicados en otros centros, y siguen llegando sanitarios confundidos.
Por su parte, los dueños denuncian que los anteriores inquilinos han dejado una deuda de casi 85.000 euros.