Las monjas del monasterio de Santa Clara en Belorado, Burgos, se encuentran en medio de una creciente tensión con la Iglesia Católica después de anunciar su renuncia el pasado 13 de mayo. La Santa Sede, a través del Comisario Pontificio designado, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha solicitado a las monjas que entreguen una copia de las llaves del convento en un plazo de dos días hábiles.

La solicitud de las llaves es parte de los requerimientos administrativos notificados por el notario civil María Rosario Garrido, quien fue la única persona autorizada por las monjas para acceder al interior del cenobio. El resto de la comitiva enviada por el Comisario Pontificio tuvo que permanecer fuera, acompañados por la Guardia Civil, que fue alertada por las monjas.

Fuentes del Arzobispado de Burgos han aclarado que los requerimientos no mencionan un desalojo ni la obligación de que las monjas abandonen el lugar. Sin embargo, se insiste en que el convento actualmente es propiedad del arzobispado.

José Ceacero, portavoz de las monjas de Belorado, ha revelado que les han dado un plazo de diez días para comparecer ante un tribunal canónico con la intención de excomulgarlas, mientras que insisten en que se les entreguen las llaves en dos días.