El combate contra las llamas en Tenerife está siendo complicado. Miles de hectáreas devoradas por un incendio que los expertos catalogan de extremo. Hablamos del fuego más grave en esta isla de los últimos 40 años. Esta consideración se sostiene por varias razones:
- Enormes columnas de humo. Han alcanzado los siete kilómetros de altura. Son fruto del aire caliente generado por estas llamas, que derivan en zonas de convección. "¿Y qué es la convección? El ascenso del aire caliente en la atmósfera para intentar enfriarse. Subió en forma de columna de manera rápida, porque no teníamos viento importante en altura y de ahí esas altitudes tan importante que se han alcanzado", explica la meteoróloga y asesora técnica del Cabildo de Tenerife, Vicky Palma. Desde los satélites se aprecian las columnas de humo, que también han generado pirocúmulos, que son unas nubes que esparcen partículas del incendio y cenizas.
- Tamaño de las llamas. Han llegado a los 20 ó 30 metros de altura y para combatirlas sobre el terreno, según detalla Vicky Palma, no pueden sobrepasar los dos metros y medio. "Los bomberos han tenido que esperar a esta madrugada para que sus actuaciones directas junto al fuego fueran efectivas", añade.
- Velocidad de propagación. El pasado día 16 se alcanzaron las 100 hectáreas por hora. La razón: la orografía. "Muchos focos se generaron en barrancos. Los barrancos generan carreras de fuego en varias de direcciones y ha medida que van ascendiendo hacia la cumbre, la velocidad de las llamas es mayor", argumenta Vicky Palma.
- Calor extremo. El incendio arrancó cuando en Canarias se vivía una de las peores olas de calor desde que se tienen registros. Seis de las siete islas estaban en alerta roja por calor.